Este tipo de acabado ofrece muchas posibilidades, entre ellas están los colores inesperados, las personalizaciones y las incrustaciones de diversos tipos de materiales como por ejemplo el el cristal.
Cualquier tratamiento de limpieza aplicado a este tipo de piso, cumplirá su objetivo de forma rápida y efectiva, debido a que la superficie es densa y dura, evitando la aparición de suciedad o grietas; de igual modo este tipo de pisos es muy resistente al uso intensivo durante años.
El pavimento pulido es extremadamente duradero ya que se integra directamente al concreto, no se astilla o genera grietas. Por ello frecuentemente es elegido para colocarse en lugares de trabajos industriales, ya que resiste mucho más peso.
-Inicialmente determine el tipo de concreto de acuerdo al uso que se le destine, de igual modo es recomendable utilizar refuerzos tipo mallas o fibras de poliuretano.
-El concreto pulido, consiste en extender una solera de concreto elaborado en planta, y que una vez vertido es debidamente nivelado.
-A la superficie fresca de concreto, se le aplican los áridos, minerales y colorantes necesarios para darle la terminación de deseada.
-Como etapa final, se genera el aspecto brillante con la ayuda de una allanadora o helicópteros, tras darle a la superficie, varias repeticiones de este proceso.
Obtener el acabado ideal es un proceso que está sujeto a tres etapas muy importantes:
-Vertido y extendido adecuado del concreto.
-Dotación de los materiales necesarios como cemento, cuarzo, y en ocasiones corindón coloreado.
-Aplicación de la maquinaria especializada, que nos permitirá obtener una superficie uniforme, resistente, lisa y duradera.
Para conseguir una buena resistencia a la abrasión, es necesario reforzar la capa de rodadura, mediante compuestos de cuarzo, corindón, basaltos y partículas metálicas.
-Realizar una armadura con malla de acero o incorpor fibras de diversos tipos en la losa de hormigón, dará como resultado un acabado dúctil, tenaz y de gran durabilidad.